Purificación -priv-

Note que se sumia en sus pensamientos, y no pude evitar senitr curiosidad.
-¿En que piensas? -pregunté sonriendole candidamente y agregué -. Creo que ahora me vendria bien tener un poder como el tuyo... Me intriga saber que piensas cuando veo en tu rostro esa expresión tan concentrada.
Mi vista se fijó en el agua cristalina del lago, en las estrellas que se reflejaban en la calma superficie de las aguas.
-Me pregunto que es lo que te arrebata asi la atención... pero si no quieres contestarme esta bien, lo entiendo -agregué sonriendo jovialmente.

-Es posible. Uno nunca sabe como influyen las circunstancias en nuetro futuro. No me parece incoherente que pienses eso, como no me lo parecería si me dijeras lo contrario. Es cuestion de cada uno creer una cosa o la otra. Y para ser sincera, muchas veces he visto acontecimientos que se encadenan los unos a los otros de una manera casi perfecta, y a mi me da a pensar que es demasiada casualidad. Y quizas, quien sabe... A lo mejor tu y yo debiamos encontrarnos, aunque mas no sea para saber de la existencia del otro. Son muchas las veces en las que encontrarnos con una persona hace que nuestro mundo se ponga de cabeza y cambie totalmente.

De repente se puso en pie, y de sus labios salio una cortes invitacion.
-Claro, cuando gustes... aunque es una pena que tengas que irte -sonrei afable, aunque un tanto perpleja por lo subito del cambio de situacion. Y aunque no me habia dicho nada, me di cuenta de que era algun asunto que debia atender lo que lo alejaba, y no el aburrimiento.

Me levante, al tiempo que miraba sus ojos ambarinos, brillantes a la luz de la luna.
-La proxima luna nueva debo volver a este lugar. Si lo deseas, buscame aqui y luego iremos a donde el viento nos lleve.

-Hasta la luna nueva...
Mis ojos continuaron posados en su rostro, hasta que se despidió y súbitamente, desapareció.
Realmente estaba contenta, pues habia conocido a un joven agradable, y disfrutaba de su compañia.
En ese momento, me puse de pie, ya lista para irme. Acomodé un mechón que me caía sobre el rostro, apartandolo, y me di cuenta de que todavia tenia puesta su chamarra, Y pensando en el proximo encuentro, decidi guardarla a buen recaudo hasta entonces, y me dirigi a mi hogar.

Luna nueva otra vez... Mis pensamientos fluyeron hacia el encuentro de esa noche, nada mas al levantarme. Por lo general mi vida transcurría calma y predecible, excepto por alguna que otra excepcion. Como la de hoy, pues esta noche volveria a encontrarme con aquel misterioso angel de expresion afable y modales gentiles, que habia llegado a ganarse un lugar en mi corazon, convirtiendose en un amigo para mi.
Como no sabia a donde terminariamos, decidi llevar un atuendo que no desentonara sin importar a donde fueramos, y termine por elegir un vestido corto de color rojo oscuro, sencillo y elegante al mismo tiempo. Y asi llego la noche...

-Edward... - murmuré en la oscuridad de la noche sin luna y cubierta de gruesos nubarrones, que avanzaban amenazantes. Pronto la lluvia caeria. Mi voz era apenas un susurro opacado por el arrullo del viento helado.
Me acerqué al angel, y sonriendo afablemente, tome una de sus manos entre las mias, saludandolo con aquel gesto sencillo. Habia estado observandolo unos instantes antes de llegar, a lo lejos, y habia visto las piedras caer en el agua del lago, pesadamente.
-Espero no me hayas esperado demasiado.

(perdon por la tardanza u.u)

Acepte con una sonrisa delicada el gesto de besar mi mano como un saludo, y a su vez, cuando levanto la mirada, mi cabeza se inclino ligeramente, haciendo una reverencia leve.
-Vamos - contesté en un susurro, tomando el brazo que me ofrecia.
Realmente era encantador en cada uno de sus movimientos, me parecia de repente transportada a una epoca de antaño, tan lejana que las imagenes se deshacian en jirones como las nubes de lluvia.