::: ¤ † Lago de Cristal † Lullaby ¤ :::

Tema: ::: ¤ † Lago de Cristal † Lullaby ¤ ::: Sáb Abr 04, 2009 11:17 pm

El Ángel Alois se encuentra sentado a orillas del congelado lago, con la fría nieve bajo él, sin embargo, esa frialdad no la sentía como tal, al contrario, lograba consolar un poco el ardor de su pecho, un dolor profundo, sentimientos que se contradecían, sus propias emociones que como una tormenta le azotaban con crueldad.

Desea llorar, pero por alguna razón las lágrimas no caen, y su llanto se ha detenido en su garganta, perdiéndose al igual que su voz.
Y es que no podía creer en todo lo que había sucedido... deseaba tanto que se tratase de un simple mal sueño, pero era una pesadilla real.

Damant le ha citado en ese lugar donde tiempo atrás de igual forma le llegó una invitación, siendo un baile al cual asistió con entusiasmo, y lo que conserva de esos días es el hermoso recuerdo de la mágica danza que compartió con el Demonio.

Los días de felicidad se han acabado, aún no sabe porque razon el Príncipe Infernal le ha llamado, pero sea cual sea el motivo, él ha ido tan solo para despedirse.

-"And when I close my eyes, this blackened canvas falls... and darkness starts to shine... and dreams begin to call... and when I watch them float, I hold my sleeping breathf for hidden truths, That live beyond my death..."

Tema: Re: ::: ¤ † Lago de Cristal † Lullaby ¤ ::: Dom Abr 05, 2009 8:44 am

Enfermo, triste, desolado
Eres la causa de tu ridícula soledad
Ignoraste a lo más fiel que tenias
Te revolcaste en el lodo de tus sucias mentiras
Obligaste hasta a tu propia sombra alejarse de ti
Ahora duermes con fantasmas en un río de vanidad
He vuelto y traigo afilada mi navaja
La pondré dentro tu piel como una suave caricia
Tu dolor Será el ensayo de tu muerte
Acéptalo es un mundo difícil
Ahora la nieve se tiñe de rojo
Espera tu final
Nunca me diste nada en que creer
Pero ahora no hay nada que puedas hacer solo
Quedaras dormido en tu memoria
Tu sufrimiento será tu sueño
Y la oscuridad tu despertar.

La noche cae nuevamente… tarde… ahora es tarde para regresar por ese camino que ah cruzado nuevamente desde el infierno solo para verle una vez mas… solo por una noche mas si es que en esa oscuridad se marcaba el final de lo que fue una amistad tan bella o tal vez el comienzo de lo que nunca pensó que pasaría.

Sale tan rápido como puede de sus fríos dominios para aliviarse en el frió invernal de las tierras humanas… se ah retrasado por culpa de algunos asuntos pendientes pero ahora es libre de ir a encontrarle

La noche anterior no pudo decirle lo que tanto quería… tanto teatro montado para tan solo verle, pero al menos pudo disfrutar de su compañía… pudo tomar su mano.. y compartir una magnifica velada con el.

Entonces es cuando su esencia tan suave y dulce le llama, dándose cuenta que el ya se encuentra ahí… esperándole

-Joven Alois… lamento el retraso- se acerca con lentitud llamándole desde una cierta distancia… se maravilla de su imagen, mas le nota extraño pero tan solo va con las intenciones de decir o hacer lo que es necesario
Tal bello… tan único, tan magnifico aquel ser de zafiro… un hermoso color que combina con la escena de color blanco y azul tan oscuro como el negro.

Si tan solo no se hubiera enterado de todo aquello, si tan solo hubiera continuado viviendo en la dulce ignorancia, ahora su corazón se regocijaría por volver a ver al Demonio, a pesar de que solo estuvieron lejos uno del otro por unas cuantas horas, siempre le daba alegría encontrarle, pero ahora es distinto, el pecho duele como jamá había dolido antes, sentía que le hubieran apuñalado con una cuchilla invisible, ya que no sangraba pero la herida era interna y profunda.

Ayer era todo tan bello, como un eterno sueño, pero al despertar con esas terribles noticias y sucesos se encuentra en una cruenta realidad, gélida como la nieve de un invierno crudo. De jamás haber recordado, de jamás haber conocido la verdad, en estos momentos, habría corrido hacia el hombre y sin sentimiento de verguenza le habría abrazado, siendo que solo ellos dos estaban ahí podía dejar de reprimir ese impulso. Pero no sería así, su voz le llama y solo es dolor, con pesar se levanta y dificultoso esboza una sonrisa, débil y priva de ternura, solo expresando timidez y melancolía.

"Damant..." -susurra en respuesta el nombre del ser frente a él, siente su cuerpo temblor, pero finge que es por el frío ya que se abraza a sí mismo, cruzando sus brazos en su pecho, y con sus manos frota desde más abajo de los hombros.

Su mirar se entrecierra y esa extraña sensación en su pecho se hizo presente… como si algo faltara o tal vez apretaran dentro de su cuerpo algo que no conocía

El extraño comportamiento del ángel al cual ansió ver es lo que le había hecho sentir de esa forma tan extraña y desconocida para el demonio

-Sucede algo joven Alois?-preocupado pregunta, reaccionando y saliendo de sus pensamientos… dándose cuenta que se había detenido a pocos pasos de el justo cuando el otro se levanto y mostró esa sonrisa tan falsa como el fue en un pasado.

Se acerca a el olvidando cualquier preocupación nacida de ese sentimiento por el que emboza al joven celestial
-Perdone por citarle en un lugar tan frió – ignorante y sin mas lleva sus manos a su cuello donde desata la cinta de la capa que le cubre y brinda calor para entregársela a su compañero al colocársela sobre los hombros –será rápido lo que tengo que decirle joven Alois-

Era incapaz de articular palabra, su voz se había perdido, únicamente atinó a asentir con un gesto, reprimiendo sus deseos de salir huyendo de ahí, de correr veloz e ir lejos, muy lejos, ir a un sitio donde nadie pudiera encontrarle, donde pudiera sucumbir en la soledad a la cual estaba predestinado. Verguenza y temor le invadía, se sentía un hipócrita, le demostraba inconcientemente a Damant que le quería, que a pesar de que le había advertido que no debía ser amado cuando le pidió que se volviera su amante -para que su pecado no se hiciera mayor, visto que se había unido carnalmente a él y encontrando como solución el continuar con esos íntimos actos únicamente con él, aunque si esa regla que s eimpuse a sí mismo ya la ha roto en una ocasión- y aún así como una tonta colegiala enamorada se ruborizaba en su presencia. Se acusa por su hipocresía, por que a pesar de todas esas acciones, sigue amando al hombre de su pasado, se ha dado cuenta de todo...

Todos sus recuerdos regresaron cuando les vio juntos... a ellos...

Se había despedido de Damant, y aunque éste le ofrecía acompañarlo a su hogar, lo rechazó con cortesía ya que el otro debía atender algunos asuntos y no quería retrasarlo, tomando un atajo para llegar pronto.

Si tan solo hubiera aceptado, si tan solo hubiera ido con el demonio, yendo por el camino largo únicamente para que su conversación fuera más duradera al igual que su felicidad, sin importar que fuera un capricho infantil el querer tener al príncipe demoniaco únicamente con él... de haber sido así... jamás les hubiera encontrado...

Jamás habría visto al Arcángel Vollmond y al Demonio Arien besándose en un cálido abrazo, jamás habría tenido ese shock al reconocer al angel de cabellos plateados y jamás habría recordado el rostro que tanto amó... el recuerdo de Arien jamás habría despertado.

La preocupación se hizo aun mayor al no haber recibido alguna respuesta por parte de quien quería escuchar hablar… que le llamara, le abrazara, que le necesitara…
¿Por qué no pronuncia su nombre junto aquella magnifica sonrisa?...
Acaso se ah enterado de las intenciones del demonio?...
O se debe a algo mas… a algo diferente a lo que pueda pensar el ser infernal… o tal vez es lo que le hace pensar su subconsciente al intentar consolar aquellas emociones dentro de ese ser proveniente de los infiernos

-Joven Alois… -vuelve a llamarle y sin recibir la respuesta se acerca lo suficiente como para poder verle tan directamente… toma su rostro entre sus manos y lo acaricia con la yema de sus dedos -¿Qué sucede joven Alois?- le susurra con un extraño tono en su voz jamas escuchando en el…

Una mano se desliza con suavidad y pronto lo captura para acercarlo a su cuerpo y abrazarlo un poco esperando que de esa forma reaccionara a sus movimientos.

Inmóvil, con la mirada perdida, así se encontraba todo el tiempo, combatiendo una lucha interna, resolviendo enigmas y desesperado queriendo borrar cada cosa que le hería, pero era todo en vano, no podría volver a sellar los recuerdos en los profundo de su corazón, habían emergido para torturarlo, para reabrir heridas que creyó habían sanado.

La caricia en su rostro lo recibió como agujas penetrantes, tal era su verguenza que no logró encontrar ternura en ese gesto, no sntió felicidad como antes, no se ruborizó por esa bella sensación, se ha sonrojado únicamente por la culpa que le embarga duramente.

Únicamente es el abrazo el que lo devuelve al mundo real, siendo que por un instante había caido presa de sus recuerdos, y es entonces que cierra con fuerza sus ojos, luchando contra las lágrimas que ahora intentaban escapar y que es ahora que él deseaba reprimirlas. No corresponde a su abrazo, únicamente cierra con fuerza sus manos en puño al igual que la mandíbula para evitar qualquier quejido.

Y es cuando la amabilidad y la sonrisa dulce característica en el como parte de su perfecto disfraz en un mundo humano y frente al joven ángel, se pierde… cae ante sus pies para mostrarse lo que realmente sucede dentro del pecho del mayor

-Alois!-le vuelve a llamar al verle resistirse de esa forma…algo malo le había sucedido… pero que?... que fue tan malo para hacer verle de esa forma?... quien pudo provocar que una bella sonrisa se convirtiera en esa expresión perdida que ahora presencia…

Es el quien le hace sentirse de esa forma?... es la presencia de un ser de oscuridad lo que le molesta a alguien tan puro como el ángel?... no… nunca ah sucedido… nunca se ah quejado de alguna caricia como esa…
Que le sucedía?
Que podría hacer?

Temeroso pero decidido alzo su rostro con suavidad y sin mas unió sus labios a los del otro, solo un roce para quererlo despertar y hacerlo hablar de una vez…

Fué entonces que algo dentro de él se rompió, la agonía lo envolvió completamente y se desataron las lágrimas. En un gesto defensivo tomó el rostro del demonio entre sus pálidas manos y lo hizo separarse de él inmediatamente, el casto beso había sido tal como un hierro al rojo vivo, le había quemado en el alma y dejado su terrible marca.

"L-Lo siento..." -murmura, ya sin poder hacer nada en contra de las gotas saladas que resbalaban por sus mejillas. El amor que aún esbozaba por Arien confundía sus sentimientos por el Demonio Damant, no sabía si era posible querer de esa manera a dos seres al mismo tiempo, o si uno de los dos era una agridulce ilusión creado por su soledad. Pero... esa no era la única razón por la cual ahora lloraba, si no que temía a algo, a lo que el otro estuviera por decirle, tenía tanto miedo, no quería escuchar, solo quería escapar, pero a la vez necesitaba descubrirlo, obligándose así a quedarse.

Sus ojos se abrieron cuando fue presa de la sorpresa… le había rechazado?... había cortado ese roce tan inocente por parte del demonio…
-Alois…¿Qué sucede?- pregunto olvidando por completo por lo que realmente se encontraba ahí… olvidando su verdadero objetivo y dándole mas importancia a lo que lo merece… ese estado tan extraño en el ángel que tanto aprecia y necesita

-¿Qué le ah sucedido joven Alois?- pronto se coloca nuevamente esa mascara de amabilidad justo cuando coloca aquella palabra que aun pone esa barrera entre ellos dos o que de alguna manera es lo que quiere el demonio de ojos azules para no caer por completo en lo que tal vez su ser este ya sintiendo.

Entendiendo de manera inconciente lo que Alois había hecho al separarse de el… su agarra le libera y su mano se desliza cayendo pesadamente a su lado, rozando suavemente la piel de su mejilla y con ello llevándose una salada perla trasparente.

Su comportamiento está provocando que el demonio se preocupe por él, angustiándose aún más por no saber que hacer, está lastimando al hombre de cabellos oscuros, pero si le sonreía y fingía que nada ocurría, que solo había sido un momento de depresión que ni él mismo entendía sería estar engañandole, y no deseaba mentirle, ya que aún así lo descubriría y el otro se sintiría mal porque el ángel no le confiaba sus emociones.

Ambos eran amigos y amantes, sin embargo, algo más había ocurrido, sus sentimientos por Damant eran profundos, el amor que sentía por él era distinto al amor que esbozaba por los demás. Se había enamorado de él?

Y es entonces que aparece la duda que le revela un acontecimiento terrible:

No es que en realidad su amor por Arien se reflejó en Damant y es por ello que había quedado prendado de él? Podría haber ocurrido lo mismo con cualquier otro demonio con quien se ha encontrado, pero ha sido precisamente él. Porqué razón? Es verdad que se sinntió tan solo y abandonado cuando vió a Arien abrazar a un moribundo Vollmond, y llamarlo desesperadamente, siendo ignorado, descubriendo que se había enamorado del ser equivocado.

Pero había razón en ese castigo, había intentado usurpar la identidad del Arcángel de la Luz de Luna Llena, y con su apariencia simile había tenido a Arien, pero únicamente porque éste creía que él era su amado Angel, cuando la realidad es otra, únicamente se trataba de un espíritu que vivía en simbiosis con el ser celestial, que pronto se convirtió en un parásito y ocasionó el conflicto.

Se había enamorado de un ser que no le correspondería jamás, que los momentos que pasaron juntos fué solo una farsa, Arien tenía ya a alguien ocupando su corazón, no había espacio para él. Esa fué la razón de su sacrificio, deseaba la felicidad del demonio, y aunque él no fuera parte de esa alegría, prefirió que ambos amantes jamás fueran separados nuevamente, y al desaparecer, la soledad se convirtió en su única compañia.

Es esa la razón por la cual se encaprichó con el príncipe demoniaco? un sentimiento que nació únicamente por la necesidad de tener a alguien accanto?

Nuevamente ese terrible silencio… su voz es la única que resuena en ese frio lugar… tal vez esa noche no podría ser, tal vez no fue bueno citarlo, pero esa noche se veía tan diferente, esa sonrisa y esa alegría que mostraba cuando danzaron por la pista sin importarles los demás invitados… solo en poco tiempo todo había cambiado haciendo que tan bello teatro dejara caer su telón

-Joven Alois … le llevare a su casa... –dijo al fin después de pensar durante tanto tiempo y regresar a la realidad al ver aquellas lagrimas resbalar.
Toma el pañuelo que lleva siempre con el… pero en vez de ofrecerlo es el quien limpia su rostro con gran lentitud sin lograr entender ni un poco de lo que sucede
-vamos- le susurra por lo bajo cuando toma una de sus manos y lo jala hacia el camino mas fácil para salir de ese terrible frió rodeante a causa de la nieve.

"Damant..." -susurra, caminando a un paso lento, como si tuviera heridas en los pies y le fuera doloroso el andar. -"Hay algo que debo decirte..." -continua con ese tono de voz bajo, tormentado por lo que debía hacer, romper sus lazos únicamente para protegerle de sí mismo, no se perdonaría jamás el lastimar al demonio, no importando si era amor o simple cariño, no deseaba causarle más dolor a causa de su corrosiva compañia.

-"No debemos seguir frecuentándonos..."

Se detiene y se suelta de la mano demoniaca, retrocediendo unos cuantos pasos, alejándose del hombre de orbes índigo. -"Ya no podemos seguir con esto Damant. Ya todo acabó. Perdoname pero no quiero verte más"

Las mentiras duelen tanto como la misma verdad, pero que otra cosa podía hacer? Fingir que lo quería aún habiendo descubierto que dentro de su pecho seguía fuertemente presente su amor por el demonio Arien?
Alois no era tonto, se había dado cuenta de como el otro le miraba, había algo que le hacía sentir tan feliz, sus abrazos que le brindaban confort y calidez, sus besos tan dulces, no era un simple acto entre dos personas que se encuentran para un momento privado y al día siguiente se decían adios, si no que era algo que solo dos amantes compartían, se había dado cuenta pero su ingeniudad seguía cegándolo, tal vez porque no se sentía merecedor de su afecto... y es ahora cuando más que nunca lo sabe que no está destinado a estar con Damant.

-me lo dirás luego-susurro que se perdió en la nada al ser ignorado tanto como el joven celestial como el demonio.

Algo dentro le decía que no quería escucharlo hablar, no cuando se encuentra de tal manera. Tal vez es ese algo que intenta protegerle… eso que le hace sentir como un culpable ante las lagrimas que presencio al caer por su rostro y perderse en la fina y helada nieve de invierno

Su mano se desliza de entre la suya… nuevamente rechaza un contacto tan superficial con el, nuevamente se aleja como si el demonio fuera algo tan peligroso como para lastimarlo

No se gira y permanece ahí de pie dándole la espalda, necesita de algunos segundos para entender aquellas palabras dichas con la dulce y melodiosa voz que tantas veces le llamo

-¿Por qué Alois?... ¿Por qué tan de repente?- su voz no vacila, es firme pero tal vez demasiado seria y fría como para pertenecerle al infernal que finge ser todo un caballero cortes y de gran amabilidad al sonreír y hablar con dulzura.

Sus ojos se cierran con pesar mostrando de alguna forma el dolor que comienza a crecer dentro de el… tan repentinamente, tan fuerte, tan lento… tan lacerante.
-Debes al menos decirme porque Alois- fue su ultimo susurro.

"Perdoname..." -lleva sus manos entrelazadas una sobre la otra hacia el pecho, baja el rostro y cierra sus ojos- "Hace pocas horas atrás... me he encontrado con una persona... quien fué lo más importante para mí... pertenece a mi pasado... sin embargo... le he visto únicamente por un instante y me he dado cuenta... de que sigue siendo lo más valioso en mi vida..." -confiesa la verdad, pero no del todo, no llega a detalles de como ocurrió el encuentro- "Lo amo... sigo amándolo con todas mis fuerzas..."

No le dirá que es un amor no correspondido, no le dirá quien es él o que está con otro, no le dirá nada, únicamente lo necesario para romperle el corazón. Era mejor hacerle daño ahora, y no hacerle vivir en una mentira por siempre. Alois lo sabe mejor que nadie que no tiene derecho a amar, y mucho menos ser amado, todo aquel que se enamora de él termina sufriendo, y no desea el mismo destino para Damant, que aunque él ya haya demostrado cariño hacia él, debe impedir que sus sentimientos se fortalezcan ya que de lo contrario el dolor sería mucho más profundo... todo sería peor.

"Te quiero... pero no de la misma forma en que lo amo a él..." -abre sus ojos, dejando caer cristalinas lágrimas- "Perdoname Damant... perdoname por todo lo que te he ocasionado..."

Hace unos momentos era el ángel quien se mantenía en silencio, el demonio hablaba para intentar traerlo de vuelta a la realidad y ahora es Damant quien se mantiene en silencio, guardando todas aquellas emociones que nacen y desparecen que crecen y que mueren dentro de su ser
Sabia de alguna forma que aquello que vivo ese último tiempo había sido una ilusión tan hermosa y tan corta… pero aun no deseaba que acabase, no de esa forma, no esa noche, no en ese lugar. Simplemente no lo quería.
Los celos crecieron y los experimenta una segunda vez, más no podría hacerle algo a ese demonio, no desea que Alois le odie sino que le reconozca.

-Entiendo- murmuro apenas audible para el, aunque el silencio que les rodea le aya otorgado el placer de escuchar al celestial esa palabra cargada con el mas puro dolor.

Entonces, el demonio sonríe… tal vez ya tenia en mente que algo así llegase a suceder, tal vez era su posibilidad que terminara de esta forma.

Su destino dependerá del ser que le hizo sentirse vivo por primera vez.
-Si este cielo y esta escena de nieve es lo último que compartiremos joven Alois… entonces debo terminar con algo antes de que le deje ir para que valla en busca de quien ama- nuevamente esa falsa amabilidad destrozada.

Se gira para verle, aun, a pesar de esas directas palabras, aun con esas lagrimas corriendo por sus ojos… era tan hermoso, era único, la bella obra hecha por la propia mano de Dios?

- Alois- le llama simplemente por su gusto a hacerlo, tal vez no debería pero tampoco puede ocultarlo más…
Una de sus manos se posa sobre las de Alois que se encuentran unidas a la altura de su pecho mientras la otra sube nuevamente para secar esas lágrimas y aunque sabe que ese contacto puede ser rechazado tan fácilmente lo hace

Y entonces sobre sus labios se asoman dos palabras que jamás creyó pronunciar en toda su eternidad “te amo” tal vez algo demasiado directo y difícil de expresar, sin miedo a lo que pasara, pues ya sabe cual es su destino.

Él no puede ir en busca de Arien, él ha quedado en su pasado, a pesar de sus fuertes sentimientos reencontrados, no podía ir con él, él estaba lejos de su alcance. No abandonaba a Damant para ir tras el demonio amante de un arcángel, si no que se marcharía, lontano de todos, no podía soportar la verguenza y la culpabilidad de ser él el causable de tanto dolor, tanta desesperanza, estaba traicionando a todos, porqué razón regresó a la vida? como podía expiar sus pecados? únicamente cometía más... los más graves... el jugar con el corazón de otros, a pesar de no ser su intención, era un crimen que merecía una pena letal. Y paga por ello, un amor imposible que arde dentro de su pecho, no por el hecho de que sean de razas enemigas, si no que desea a quien ya tiene dueño.

El dolor en la voz del príncipe infernal era una punzada en el pecho causada por el aguijón venenoso de la amargura, perteneciente a un cruel destino que manipulaba los hilos de su vida. Y la sonrisa agridulce del demonio es una de las más sutiles torturas.

Y a su gesto no evita entrecerrar su mirada, arrepentido de sus tormentosas acciones, no había marcha atrás, por lo que debía seguir deshaciendo poco a poco el lazo que les unía tan tiernamente. La mano demoniaca acarica su mejilla, enjugando las gotas saladas que han quedado impregnadas en su piel, y esa tibieza en sus manos le causa la sensación de que su calvario apenas comenzaba.

No le rechaza, no le impide su gentileza, se deja hacer, a la espera de su suplico.

Te amo

El corazón le da un vuelco y empieza a respirar agitada y profundamente, sintiendo que todo se derrumbaba a su alrededor, lo que más temía se había vuelto una verdad, cuando creía que aún estaba a tiempo en realidad era ya demasiado tarde. Deseó morir, deseó jamás haber vuelto a la vida, deseó con todas sus fuerzas desaparecer de la faz de la tierra.
El ángel rompe en un llanto lastimero y colapsa de rodillas, cayendo hacia el frente, sus manos cerrándose con fuerza, aferrando con ellas un puñado de gélida nieve.

Tal y como lo supuso, aquellas palabras cargadas de sentamientos jamás fuero ni serán correspondidas de la manera en la que hubiera deseado que sucedieran.
Si tan solo ese día en aquel bar no hubiera hecho caso a su sentido del juego y se hubiera acercado a ese ángel, si tan solo hubiera hecho caso omiso a ese ser, entonces no hubiera pasado esto, pero acaso era posible ignorar lo que tanto llamo su atención en ese momento?

Tan confiado, tan astuto, tan idiota…
Tal vez era el castigo que recibía después de tanto tiempo, tal vez esa es su forma de pagar lo que ha hecho en todos estos años.
La maldición de un demonio…ellos no pueden amar ni ser amados.
Pero a ese demonio no parece sorprenderle, era imposible que el mas hermoso y dulce de los Ángeles amara a un repulsivo ser como el que ah vivido en oscuridad y muertes estos años.

Se inclina ante el y nuevamente se atreve a deslizar sus manos por su rostro, no para besarle como lo hubiera hecho al verle llorar de esa forma, tampoco consolarle porque sabe que no son sus brazos los que desea que le rodeen.
-Puedo pedirle el ultimo favor joven Alois?- pregunto en voz baja, mostrando ya aquel dolor en su mirar y en sus labios que se curvearon al contrario de una sonrisa.

Toma sus manos haciendo que deje caer la nieve y que la poca que se aya mantenido en ellas la comparta con el infernal.

Y entre ellas se materializa algo frío y a la vez tan ardiente.

-Deseo… que sea ese único y magnifico ángel que mostró la debilidad que aun tengo ante una hermosa sonrisa y una dulce mirada…. Quien me mostró la vida a un ser incompleto como yo, el único que termine con ello… mata este corazón que aun late dentro de mi y que revivió por a causa de tu presentencia- su manos se deslizan y dejan libres las del ángel para mostrar lo que tanto oculto.

Una hermosa daga de tonos dorados y platas… empuñadura de un metal desconocido con grabados y piedras hermosas que muestran un enorme valor… pero eso no es lo importante… lo importante es…
Que esa arma puede “matar” inmortales…

-Termina con el sentimiento que hiciste vivir-

Tema: Re: ::: ¤ † Lago de Cristal † Lullaby ¤ ::: Lun Abr 06, 2009 9:47 pm

Sus orbes se dilatan en terror y sorpresa, descubriendo el arma en sus manos, el aliento se le cortó de golpe y de un momento a otro dejó caer la daga al tiempo que alzaba su vista atemorizada al encuentro de las pupilas índigo -"N-No... no podría hacerlo!... no puedo Damant! lo que menos deseo es asesinarte! Debes renunciar a mi! pero la muerte no es la salida de esta pesadilla!" -se levanta y toma al demonio por lo hombros, encarándolo con todo el dolor que su corazón expresaba en su mirada- "Debes entender que ya te he hecho demasiado daño, pero que yo también estoy sufriendo por lo que está pasando... ya no puedo seguir hiriéndote... no soy capaz de cumplir tu petición... debes olvidarme... es la única solución..."

-Si ese es tu deseo… entonces esta es la única manera en que puedo olvidarte…- suave murmuro llevado por ese frío viento hasta los oídos de ambos…
Guiado por las calidas manos que se sienten tan frías en ese instante, se levanta, no sin antes deslizar las propias para tomar el arma que callo a la nieve y acunarla entre sus dedos

-Termina con esto Alois…- su mirada baja sube un poco para poder sostener la zafiro del ángel que capturo su corazón –la muerte tan solo es el final de una etapa en la eternidad- comenta sin deseos de desistir a lo que tiene planeado

Y sin importar que, vuelve a tomar sus manos colocando el arma entre ellas, si esa daga atravesaría su cuerpo entonces quería que fuera por las manos de quien ama… que mejor despedida que morir por el propio ser que le mostró a vivir.
-Alois…- punta y filo acariciaron sus ropas y amenazantes tocaron su pecho, solo era cuestión de un brusco movimiento hacia enfrente para que sucediera.

Le mira fijamente, reteniendo las lágrimas inutilmente, con tristeza contemplando la determinación de su trágica decisión, no deseaba ceder a su súplica, pero la mirada del demonio le orilla a cumplir su pedido. Niega ligeramente con un gesto de la cabeza, murmurando que no quiere hacerlo que no insista con ello que le es imposible, y sin embargo, sus manos temblorosas se cierran con fuerza sobre el arma tan letalmente cerca del pecho del hombre que ama...

Porque si a pesar de que sus sentimientos por Arien son fuertes... eso no negaba que Damant también se había vuelto indispensable para su propia existencia, que era importante... tal vez demasiado...

Pero son los conflictos de su mente y corazón los que le impiden tajantemente de pensar en comenzar de nuevo junto a él, olvidarse completamente del que alguna vez fué el Ángel de la Luz de Luna Nueva y estar al lado del príncipe infernal, era el remolino de emociones lo que le había cegado, impidiéndole de ver las candelas de esperanza prendidas a su alrededor, siendo la duda y la confusión los que le envolvían con una niebla de oscuridad.

"Damant..." -sus iris zafiro parpadean con un brillo de angustia y tormento, libera una de sus manos, la destra, y la sube hasta posarla en la mejilla del mayor, para atraerlo hacia su rostro, haciéndo que se recline... y entonces se prende de sus labios, dejando caer de sus orbes escondidos bajos los párpados el dolor que lacera su pecho.

Le ah permitido un ultimo sueño.
En esa noche, la ultima para ese demonio cortes y de naturaleza caballerosa, se le otorga la oportunidad del ultimo engaño que intenta parecer que es real, le ah torturado con un suave y delicado roce de sus labios el cual no desprecia
Esta es la ultima ilusión de ese efímero encuentro

Deja aquel contacto como lo más superficial que puede, sus manos le liberan en un movimiento rápido para deslizarse sobre su cuerpo y aprisionarlo en un fuerte abrazo, uniendo sus cuerpos en un movimiento brusco pero que eso ayudaría a que su joven ángel terminara con lo que le pidió
El ultimo contacto, sus labios y cuerpos que se unen como en aquellas veces que lograban verse
Esa filosa arma termino con romper las ropas y… entrar en su cuerpo, tal vez la herida hecha no sea realmente algo que un demonio no lograra sobrevivir, pero lo especial es con que arma se ha hecho ese “crimen”

Sus labios se entreabren para dejar correr ese sabor metálico que escapo y mancho la boca de un ser tan puro, inmediatamente se separa de el, sin abrazarlo mas y llevándose ambas manos en donde esta la daga… dejándose caer un poco sobre el celestial, recargando su frente sobre su hombro solo para aprovechar esa corta cercanía para pedirle que se marchara…

Solloza silenciosamente, sin alejarse del otro, demasiado afectado por lo que había hecho, inmóvil por la sangre caliente que emanaba del pecho ajeno. No tuvo oportunidad de soltar la daga, demasiado tarde reaccionó a ello, ya que el casto beso que compartía con el infernal era tan dulce y amargo, como un licor que le había embriagado por algunos instantes, haciéndole olvidar la tristeza, fué un consuelo fugaz.

Solo hasta que se sintió estrechado entre los fuertes brazos del mayor, y algo cálido y húmedo bañaba su mano izquierda fué entonces que soltó la empuñatura del arma, como de haber entrado en contacto con un hierro al rojo vivo, pero ormai era demasiado tarde, la letal arma ya había perpretado su cometido.

La sangre ajena en contacto con sus labios le mareó, se le revolvieron las ideas con vertigos confusos, creyó que perdería el sentido ya que sus piernas tambalearon y estuvo a punto de ceder, dejándole caer al suelo nevoso. Pero no ocurrió así, el terror del delito que acababa de cometer es tan poderoso de mantenerlo en pie rígido como una estatua.

La voz volvió a faltarle, aunque sus labios se entreabrieron para hablar, ningún sonido emanó, había enmudecido y sus iris veían todo difuminado, a causa del velo de la amargura que nublaba sus sentidos.

Con lentitud la sangre se derrama, su ropa se humedece de ese fuerte licor carmesí hasta el punto de dejar que se derrame sobre la suave nieve, quien similar a un lienzo blanco que esta por ser usado para pintar una obra de arte donde el color predominante será el rojo.

-Márchate- pidió con suavidad, ante estar tan cercas de su odio… -Por favor vete Alois- no puede hablar tan alto… no cuando la sangre se acumula en su garganta y le hace difícil hablar.
Nunca había sido asesinado… nunca había tenido que pasar por esto… era realmente tan doloroso, o era acaso que el dolor que siente no es por parte de la herida y de los efectos de esa arma… si no por el dolor de haber sido rechazado por aquel que se había convertido en su maldición?

No desea que continué en ese lugar… lo libera para ir en busca de quien realmente ama, simplemente no quería que alguien mas le viera caer por una “tontería” como esa…
Él!... el príncipe del frío, el príncipe que caminaba con un gran orgullo en los infiernos y se mostraba ante su señor lucifer como uno de los mejores, aquel que dijo en una ocasión que aquello a lo que se le llama amor no era permitido para los demonios…

Ahora… ahora caía ante un ángel que fácilmente pudo haber matado… quien pudo destrozar con una de sus manos y disfrutar de verlo morir… ahora cae de rodillas ante el mostrado su perdición

Sus manos se recargan sobre la fría nieve y lentamente se deja caer hacia enfrente…

Solo quería estar solo para que nadie mas viera lo patético que podría llegar a ser.

Si tan solo no hubiera recuperado sus recuerdos... habría sido tan feliz junto con Damant.

Ya una vez se encontró con Arien y hasta habló con él, sin embargo debido al drástico cambio físico que éste sufrió no pudo reconocerlo, además de que en ese entonces se encontraba débil y condundido, ni siquiera era un ángel, podría paragonarse a que era un simple ser humano... Pero en cambio Vollmond no había cambiado casi nada, a excepción de que sus facciones se notaban más maduras y su aura expresaba una sutil dulzura a causa de la felicidad que le embargaba la presencia de su amante.

De jamás haberles visto juntos... habría correspondido sin duda alguna a los sentimientos del ser infernal, sin importarle que fueran de dos razas enemigas, ya que sentía por ese hombre algo único y especial... el cual ahora ha sido encubierto por la imagen de Arien, despertando así las emociones que se habían sellado, provocándole un profundo desconsuelo.

Ya no puede estar al lado de Damant ahora con todo lo que había ocurrido, ya no podía, sería engañarle cruelmente... en la intimidad seguiría viendo en sus ojos al príncipe de los infiernos o sería velado por la visión del ex angel de la Luz de Luna Nueva? No era justo para ninguno de los dos, sería mentir y lo que menos deseaba era fingir amarle cuando es por otro por quien delira.

Adoraba estar en brazos del demonio, le confortaban y hacían sentir protegido... querido... y ahora eran en los propios donde su amanta yacerá... o eso es lo que creía hasta que el mismo Damant le pide que se vaya... No desea marcharse, no quiere dejarle solo.

Alois también desea morir, desea usar esa arma contra si mismo y acompañar al otro hasta el Infierno, ya que ese lugar era el único donde merecía ir. Pero no se atreve... algo le imposibilita tomar la daga y quitarse la vida... algo que aprisiona su propia voluntad.

-"Damant... te quiero..."

No es una mentira, ha confesado el sentimiento que reside en lo profundo de su corazón.

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