Fanfics de Youkikai (Freidich Lang)

Supongo que ésto es para compensar un poco mis continuas ausencias, si hay tres cosas que tenemos en común mi personaje y yo son:
1-trabajamos demasiado
2-a veces tenemos que viajar demasiado para nuestro gusto
3-pasamos largos periodos de tiempo sin internet, aislados de cualquier fuente de civilización y tecnología (Dios!, ésta es sin duda la que peor llevo, aunque para los que no os lo creaís SI, SE PUEDE, aunque no os recomiendo que lo hagaís en casa.)

Si os gusta y tal subiré otra pequeña parte: el mini fanfiction trata sobre Fritz y sus complejas relaciones con la gente, y en concreto, con su jefe. Supuestamente, ocurre en los primeros años que empieza a trabajar como fotógrafo en la empresa, por lo que aún los elementos metálicos que salieron despedidos de una bomba mal lanzada no se han llevado por delante una parte de su cara. No hay escenas explícitas de sexo, pero si bastantes cosas implícitas, asi que espero que no sea muy gore,xq tampoco es mi intención.
Pretendo disculparme por la tardanza con la gente que ya conocía, y que los nuevos a los que no conozco sepais un poco más de personaje

CÓMO CARGARSE EL TÓPICO DE LA EFICIENCIA ALEMANA EN UN TIEMPO RECORD--------------------------------------------------------------------------------------
Era un sábado normal en la vida de Freidich Lang, como siempre se había llevado trabajo a casa: aguantar a su jefe.
-¿eh, Fritz, qué me dices: son de silicona o auténticas?- preguntó la archiconocida e irritante voz desde el sofá – su sofá- donde estaba repantingado.
Fritz golpeaba cada vez más fuerte el teclado del ordenador: de acuerdo, se tiraba a su jefe y veía normal librarle de parte de sus responsabilidades (que para eso trabajaba para él), pero no le acababa de quedar claro por qué cada fin de semana su jefe asaltaba la nevera y veía películas porno en su televisor mientras él intentaba llegar a tiempo con los plazos del papeleo de la empresa.
-anda mira, un trío, deberíamos hacer un trío...¡Dios, son enormes!, estoy casi seguro de que son falsas...¿en serio, no te apetece verla?
-no- gruñó el alemán golpeando cada vez más fuerte las teclas, mientras sus ojos grises iban de un lado a otro de la pantalla, cada vez a menor velocidad, claramente desconcentrado. Los formularios tenían que estar para el lunes y encima no tenía ni idea de economía, y para colmo tenía que
aguantarlo todo el fin de semana, mientras toda clase de pensamientos negativos le acechaban:“voy a tener que verlo rascarse las pelotas en el sofá hasta el lunes, y encima se supone que yo solo tengo que ayudarlo, no hacer todo el trabajo, debería irme a las Vegas y hacerme jugador profesional, o trasladarme a un barco pesquero del Canadá...no hay derecho...”
Insulto tras insulto fue concentrándose poco a poco en su tarea; ya sólo oía de fondo los exagerados gemidos de la película provenientes del salón. Parecía que al menos su jefe había perdido interés por la película, o estaba entretenido en otros asuntos.
Iba a dar gracias al cielo, cuando notó algo húmedo subiendo a lo largo de su cuello. Sorprendido, se dio la vuelta para encontrarse con el rostro de su jefe que sonreía de oreja a oreja y aprovechaba su descuido para pasar sus brazos alrededor de su cintura y aprisionarlo contra el sillón del ordenador.
Hizo un leve intento de resistencia, pero el otro tenía mucha más fuerza – una fuerza inhumana, como pensaba en ocasiones – teniendo que conformarse con la situación y con sentir el aliento cálido del hombre contra su nuca.
-sabes...para qué quiero la ficción barata y los pechos de silicona, cuando tengo a mi juguete favorito a mi merced...-Fritz no tardó en notar las manos del otro colarse hábilmente por la camisa y ejercer una pequeña fricción contra su estómago.
-Creí que todo el papeleo tenía que estar listo para el lunes- cortó, intentando parecer lo más frío posible, mientras hacía leves intentos de empuje para que el otro lo soltara y continuar a lo suyo.
-jojojo...eso es lo que yo llamo la eficiencia alemana, el trabajo lo primero – aflojó levemente el agarre, dejando libre los brazos del chico, apartándose un poco.
Fritz le echó una última mirada de desconfianza con sus ojos de acero, lo primero era lo primero, si quería seguir prosperando en la empresa tenía que pensar menos en acostarse con su jefe y más en trabajar duro para demostrar su valía. No había acabado de escribir el primer número, cuando sintió la mano derecha de su jefe acariciando el espacio entre sus piernas.
-!Eh!
-hemos quedado en que te dejaré trabajar en paz, yo sólo he apoyado la mano aquí, eso no te impide seguir tecleando,¿no?.
La mano seguía moviéndose lentamente , con una fricción insoportable de la tela vaquera sobre la piel y el casi inexistente calzoncillo. Era tan sumamente placentero ser tocado de ese ...no, tenía que trabajar, TRABAJAR.
-¿Tienes calor, Fritz? - preguntó su jefe divertido, observando la cara acalorada del alemán, agobiado por la excitación y el intento de concentrarse – déjame abrir un poco la ventana...- susurró en su oído mientras abría lentamente la brageta del pantalón vaquero y profundizaba las caricias.
-...pero los papeles...-consiguió articular Fritz.
-no se moverán del ordenador – susurró lascivamente el hombre- espero contar con tu eficiencia alemana para otros propósitos.
Vale, había perdido y lo admitía, pero por mucho que le fastidiase y supiera que al día siguiente tendría que acabar todo en un tiempo record adoraba estar a su merced.[u][b]C